En la música, el sampling es sinónimo de transformación. Los artistas y productores pueden tomar un fragmento vocal aislado y transformarlo en algo completamente distinto, como una línea de bajo. Pueden transformar ritmos de batería en ganchos melódicos o crear instrumentos totalmente nuevos a partir de sonidos inesperados, como el crujido de una puerta o el goteo de un grifo.

Sigue leyendo para saber más sobre el sampling, las consideraciones legales y creativas que debes tener en cuenta al utilizar samples y el papel que desempeña hoy en día en la industria musical.

Fundamentos del sampling

El sampling en música consiste en utilizar fragmentos de audio, que pueden ir desde una sola nota hasta una melodía entera, y darles una forma única para adaptarlos a tus canciones.

El sampling consta de tres pasos principales:

  • Grabación: Captura de un sonido o pieza musical que quieras samplear y que te llame la atención.
  • Manipulación: Cambiar el tono, modificar la duración o el tempo, ajustar el ecualizador, mezclar el sample con otros sonidos o añadir efectos como reverberación y retardo.
  • Mezclar: Ajuste del volumen, panoramización e incorporación de otros efectos para que el nuevo sonido se integre bien en la canción o composición.

El sampling es una parte fundamental y muy utilizada de la producción musical moderna porque ofrece a artistas y productores infinitas formas de añadir carácter y profundidad a sus temas.

Aspectos creativos y legales

El sampling se mueve en la delgada línea que separa la innovación artística de la normativa sobre derechos de autor, lo que lo convierte tanto en un terreno de juego creativo como en un potencial campo de minas legal.

Legalidad de la música sampleada

La música sampleada es legal si se cuenta con la autorización del titular de los derechos de autor.

En 1989, De La Soul fue demandado por los Turtles por utilizar un sample sin permiso, pero llegó a un acuerdo extrajudicial. La demanda de Gilbert O'Sullivan contra el rapero Biz Markie en 1991 sentó un precedente en casos de sampleado de música sin licencia.

O'Sullivan ganó y, en lugar de llegar a un acuerdo por los derechos de autor, exigió a la discográfica que retirara el álbum para poder eliminar por completo la canción del lanzamiento posterior. Esto sentó un fuerte precedente en los casos de sampling de música sin licencia.

Una de las cuestiones jurídicas que rodean al sampling musical es la manipulación de contenidos ajenos de tal forma que resulten irreconocibles.

El Tribunal de Justicia Europeo presidió un caso de dos productores acusados de samplear una secuencia de batería de un álbum de Kraftwerk. El Tribunal dictaminó que no era necesaria la autorización si el sample resultaba irreconocible respecto al original.

Para proteger sus derechos de autor, los artistas y las discográficas utilizan ahora algoritmos para detectar la música que contiene samples cuando se sube a plataformas como YouTube y Spotify. Esto ha hecho que el uso de samples sin licencia sea más arriesgado que nunca.

Autorización previa y música de librería

Los artistas y los sellos discográficos también se han apresurado a reconocer que existe un mercado para el sampling y a monetizarlo. Muchas discográficas y editoriales ofrecen ahora «pre-autorizaciones», que permiten a los artistas obtener permisos para utilizar un sample por adelantado.

Esto es mucho menos estresante y lleva menos tiempo que el antiguo método de utilizar primero el sample y luego buscar la autorización, lo que a menudo provocaba retrasos y posibles problemas legales.

Cuando esto no es posible, las organizaciones de derechos de autor como SGAE, ASCAP, BMI, SESAC y MCPS/PRS facilitan la identificación y el contacto con los titulares de los derechos gracias a sus amplias bases de datos de composiciones y grabaciones maestras.

También se han creado bibliotecas de muestras y mercados para productores y artistas que buscan sonidos previamente autorizados.

El inconveniente es que tu canción puede no ser la única que utilice un sample concreto. Por mucho que retoques el archivo de audio, existe el riesgo de que no suene tan único como deseas.

Descubrir algo que suene original y único sigue siendo posible en estas plataformas, pero a menudo requiere más investigación y un oído agudo.

Historia y evolución del sampling

El sampling se remonta a la década de 1940, cuando los compositores franceses utilizaban grabaciones en cinta para crear collages sonoros, una forma temprana de lo que hoy llamamos «musique concrète».

En la década de 1960, el Mellotron introdujo el sampling en la corriente dominante, utilizando bucles de cinta activados por un teclado para reproducir sonidos pregrabados.

En 1979 se lanzó el primer sampler digital, el Fairlight CMI. Pronto le siguieron opciones más asequibles como el E-mu Emulator y el icónico Akai MPC en 1988. Estos dispositivos facilitaron enormemente a los productores la experimentación y la creatividad con samples, reduciendo las barreras de entrada.

En la década de 1980, el sampling se convirtió en un elemento básico de la producción de hip-hop. En los 90, las estaciones de trabajo de audio digital (DAW) revolucionaron el proceso, dando a los productores aún más control y flexibilidad.

Hoy, músicos y productores pueden acceder a enormes bibliotecas de muestras y a herramientas de procesamiento avanzadas como Ableton Live, FL Studio y Logic Pro directamente desde sus portátiles.

Entrevistas con productores y artistas

En declaraciones a Playful, el músico, productor y DJ Canva, afincado en Berlín, afirma: «Con el sampling se puede crear música totalmente nueva que transmite significados, emociones y movimientos únicos. Creo que el sampling puede ser muy guay e incluso más creativo que otras técnicas».

A continuación compartió que cuando utiliza un sample, «nunca es mi elemento principal. Es importante asegurarse de que no está en el centro y utilizarlo cuando falta algo y buscas otro elemento. Luego, simplemente adapto las muestras a mi pista y me aseguro de que siga siendo mi pista original».

El DJ de vinilos y productor musical australiano Tarkno también explicó a Playful cómo valora la autenticidad detrás de la elección de un sample.

«Si quieres samplear, intenta aportar algo interesante. Debe ser algo que te represente. Ve a una tienda de discos, escucha 1000 discos y encuentra uno que resuene contigo. No te limites a samplear música porque esté en Internet o sea popular. Prueba a samplear música porque realmente sientes algo auténtico cuando la escuchas».

Y añade: «Si quieres utilizar un sample, está perfectamente bien. Pero fíjate en lo que puedes hacer, como desmontar el tema, darle la vuelta o darle un giro único para que sea más original y personal para ti».

«No suelo samplear mucho en mi música. Creo que el techno consiste en encontrar nuevos sonidos, no en reciclar sonidos antiguos. Sin embargo, no estoy en contra porque hay gente que puede hacer samples irreconocibles y ser creativa».

La productora y cantautora Elsa Hewitt comparte con Music Radar su interesante visión del sampling. «Remezclar mis propias canciones fue una etapa natural en mi progresión musical. Empecé a hacerlo porque me apetecía trocear cosas y crear ritmos, y mis canciones eran el material perfecto».

«También me gusta escuchar una improvisación o una grabación de campo y extraer de ellas momentos rítmicos: busco un gancho, un ritmo natural o una forma orgánica, algo que llame la atención, y esto a menudo forma un elemento clave de un tema».

El papel del sampling en la industria musical

El sampling sigue siendo una poderosa herramienta que puede dar forma al sonido de todo, desde los ritmos de dormitorio hasta los éxitos del top 10. Ofrece a músicos y productores la oportunidad de añadir texturas únicas y elementos diferentes para crear algo totalmente fresco y nuevo.

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