Cuando un artista alcanza su «flow state» o «estado de flujo», su creatividad florece. Sus decisiones se toman de forma intuitiva y sin esfuerzo. Es el momento en que puede crear su mejor obra.
Algunos incluso descubren que la música adecuada puede ayudarles a entrar en estado de flujo y lograr una creatividad concentrada e ininterrumpida.
Significado del estado de flujo
Los psicólogos Mihaly Csikszentmihalyi y Jeanne Nakamura fueron los primeros en popularizar la idea del «estado de flujo».
Lo describieron como la condición de estar inmerso en una sola tarea tan intensamente que las distracciones externas desaparecen, la noción del tiempo se desvanece y uno se involucra por completo y controla lo que está haciendo. Todo parece manejable, tus habilidades cobran vida y eres capaz de tomar las decisiones correctas con rapidez.
En otras palabras, sólo estás haciendo, no pensando en hacer. Estás «en la zona».
Psicología del estado de flujo
Cuando experimentas el estado de flujo, tu cerebro funciona de forma diferente. Experimenta un torrente de dopamina, el neurotransmisor que le recompensa por alcanzar sus objetivos. Esto aumenta la sensación de placer y la motivación para seguir adelante.
Algunos científicos también creen que el sistema locus coeruleus-norepinephrine (LC-NE) del cerebro se vuelve muy activo cuando se está en un estado mental de flujo. Esta respuesta aumenta la implicación en una tarea o proyecto y facilita la toma de decisiones.
Cómo entrar en estado de flujo
Para alcanzar el estado de flujo en un proyecto, Csikszentmihalyi identificó las siguientes condiciones, aunque no todas tienen por qué estar presentes:
- Personalmente gratificante: La tarea tiene sentido para ti y te motiva a seguir implicado en ella.
- Objetivo claro: Un objetivo definido en un proyecto o durante una sesión de trabajo te hace sentir que estás progresando.
- Concentración única: Estás completamente absorto en la tarea que tienes entre manos y no tienes pensamientos errantes.
- Control: Sientes que tienes el control sobre ti mismo, la tarea y el resultado deseado.
- Atención plena: Experimentas una serenidad envolvente y una conciencia difuminada de tí mismo.
- Distorsión del tiempo: Estás tan concentrado en el «ahora» que no percibes el paso del tiempo.
- Feedback inmediato: La sensación de saber lo bien que lo estás haciendo en tu tarea y de saber ajustar tus acciones para mantener ese camino.
- Equilibrio entre habilidad y dificultad: Necesitas sentirte seguro de que puedes completar la tarea o el proyecto que tienes entre manos. Al mismo tiempo, debe ser lo suficientemente desafiante como para mantener el interés.
- Falta de conciencia física: Las sensaciones básicas como el hambre o la fatiga son apenas perceptibles, si es que lo son.
- Concentración intensa: Estás tan absorto en la tarea que no tienes espacio mental o emocional para nada más.
La forma de alcanzar el estado de flujo es personal. Lo que funciona bien para ti puede no funcionar en absoluto para otra persona. La clave está en experimentar para encontrar el equilibrio perfecto de condiciones que te lleven a tu estado de flujo de forma constante.
Las actividades del estado de flujo y tu entorno
Para mejorar tus posibilidades de entrar en estado de flujo para una sesión creativa en tu lugar de trabajo:
- Crea un entorno libre de distracciones para poder concentrarte plenamente en la tarea que tienes entre manos sin interrupciones.
- Define un objetivo claro para el proyecto o la sesión, de modo que puedas estructurar tu día y mantenerte centrado en una tarea específica.
- Configura tu teléfono móvil en «no molestar» y desactiva las notificaciones de tu correo electrónico para reducir la probabilidad de que te interrumpan a mitad de la sesión.
- Concéntrate en una tarea importante durante la sesión que requiera una parte significativa de tu capacidad intelectual.
- Programa tus sesiones de trabajo para cuando generalmente te sientas más alerta y concentrado para obtener los mejores resultados.
La ciencia detrás de la música y el estado de flujo
Una investigación de la Universidad de Stanford demostró que la música mejora la memoria, la capacidad de predicción y la capacidad de atención.
A continuación te explicamos cómo los distintos tipos de música pueden mejorar tu forma de trabajar:
- Clásica y orquestal: Las composiciones en capas son estupendas para estimular el cerebro sin distraerlo demasiado, lo que las hace ideales para tareas complejas.
- Ambiente y atmósfera: La música atmosférica de fondo no exige nuestra atención, pero nos ayuda a concentrarnos, a tener una lluvia de ideas y a visualizar.
- Electrónica y tecno: El ritmo elevado de la música dance de fondo es excelente si quieres mantener un ritmo de trabajo constante, sobre todo en tareas repetitivas.
- Ritmos binaurales: Los estados de flujo pueden estar relacionados con patrones específicos de actividad cerebral. Los ritmos binaurales utilizan frecuencias ligeramente distintas en cada oído y animan al cerebro a adaptarlas. Los investigadores creen que esto puede ayudarle a entrar en un estado de mayor concentración.
- Bandas sonoras de videojuegos: Los fondos musicales de los videojuegos estás diseñados intencionadamente para mejorar la concentración de los jugadores sin distraerlos demasiado.
- Sonidos de la naturaleza: Si deseas fluir y mejorar tu concentración en un entorno relajante, los sonidos del mundo natural como el bosque, el océano o la lluvia son ideales.
Cómo utilizar la librería de Universal Production Music en tu próxima producción
La música puede desempeñar un poderoso papel a la hora de ayudarte a alcanzar -y mantener- un estado de flujo.
La música adecuada también puede captar la atención del público y mantenerlo enganchado. Puede ayudarles a sentirse más conectados con su trabajo, ya sea una película, un anuncio o cualquier otra cosa.
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